Desagarrándo A PURO ROCK!!!

El camino fue largo. Aunque es sol estaba devastador, el aire acondicionado del auto y las chelas (sobre todo las chelas) nos ayudaron a respirar mejor el aire santiaguino. Además los parlantes del tocomocho callaban gloriosamente las bocinas bestiales que transantiago tenía en las calles. Con un volumen sobre los 30, Cornell - y su antiguo Soundgarden - ya nos anunciaba lo que sería el show en Espacio Riesco.

LLegamos y el sol seguía matando. Las últimas chelas se dieron por vencidas y, seguros entrada en mano, continúamos con el final del via crucis corneliano. Poco resguardo policíal, nada de esos ingresos tipo embudos con calor humano compartido, todo en orden, uno a uno, incluso con grandes espacios para entrar. Buena recepción nos daba Espacio "high" Riesco. Daba para pensar que sería un espectáculo abc1, piola y con poco guitarreo.

Adentro, el recinto oscuro y recibia a la camadería grunge como madre gigante a brazos abiertos.

Cerca de las 9, apareció Pheonix - banda francesa con un leve parecido a Mudhoney (en la pinta). Tocaron unos ocho temas, que si bien eran desconocidos, hicieron menear las cabezas, y después de que el vocalista se tirara un semi piquero al público, salieron con los pulgares hacia al cielo y muchos aplausos. The Dandy Warhol: segunda banda. Mala. Música seudo electrónica, mezclada con guitarreos algo melódicos hippies, un pandero apenas audible e imágenes psicodélicas, que remarcaban demasiado el tributo musical al art pop Andy Warhol. Se fueron como era de esperar, pulgares abajo y los dedos del medio, arriba.

Cornell al ruedo: ovación, euforia (no morning), empujones, chiflidos, codazos, saludos, luces, guitarras, bajos, bateria, música, Soundgarden, Let me drown. Sencillamente, rock and roll y la cagada por todos lados.

Al tema le siguió la potente Outshine. Personalmente uno de los mejores del ex-cuarteto grunge.

Spoonman, Rusty Cage, Fell on black days, Jesus Christ Pose, entre otras. Si hasta Temple of the dog tuvo cabida con Hunger Strike.

Luego, para tranquilizar a las anguilas en la marea rockera, el hombre de la voz aguda y desgarradora, tomó su guitarra de palo y se largó con clásicos temones acústicos. Sonó Season (sí, la misma season de Singles), Like a stone y varios de Audioslave.

Fin del break. Las luces y los amplificadores volvieron a encenderse. Black Hole Sun, Burden in my hands, Slave and Bulldozer, Zero Chance, para rematar con 4th ofJuly. Y cuando ya casi nadie saltaba, un cover a Led zepellin, encendió Espacio Riesco y terminó con una de las veladas rockeras más esperadas de los útlimos años.

Dos horas 40 minutos. 29 grandes temas del grunge. El show más largo en la historia de Cornell. Más de diez mil rockeros en el lugar. Guitarras y cuerdas rotas. Y todo aquí: en Chile.